miércoles, 2 de enero de 2013

El círculo

Clarice está sentada. Sukhasana. Tiene los ojos cerrados. Poco tiempo. Gira la mirada hacia arriba, arriba a la derecha, donde dicen que miramos cuando estamos imaginando algo. Clarice sonríe. ¿Está murmurando o cantando? Recita poemas, cuentos, porque está desnuda y necesita abrigarse. Está hecha del viento, y anda robándole piel a las palabras. Podría estar en la playa, cubriéndose con granitos de arena y sal. En la selva, debajo de un árbol, sintiendo las gotas que se deslizan desde el borde de las hojas hasta su contorno. Con escalofríos en las piernas, por los arroyos que nacen dentre las raíces de los árboles. En el bosque, respirando ese otro aire con olor a tierra seca, a polvillo y a yesca. A veces, el rojo. 

Sigue sentada. Está hablando en otro idioma, ¿cuántos idiomas sabrá Clarice? Se mueve, contornea la espalda. Bharadvajasana. Gira, hacia allá. Nos está cantando, es la melodía que recorre mis palabras. 

Clarice empieza a sentir frío, su voz es ahora un susurro. Acomoda el cuerpo, extiende los cabellos, se deja caer, como la luz del sol. Calla, va quedándose dormida. Balasana. El círculo, Clarice. 

Silencio.


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